viernes, 3 de febrero de 2012

Sonríe.

Cierra la puerta, enchufa el equipo de música, y dale al play, sube el volumen mas mas y mas…
Empieza a cantar esa canción que tanto te gusta, ponte a bailar hasta que las piernas te tiemblen. No importa si lo haces mal o bien, lo que importa es que eso te transporte a otro lugar. Donde no haya lágrimas y puedas reír hasta reventar.
Dale al pause, vete corriendo a la cocina y bebe agua. Ponte los cascos y escucha esa canción con la que te sientes tan identificada, cierra los ojos y empieza a cantar muy muy bajito para que nadie te escuche, derrama esas lagrimas que te sobran.
Deja los cascos en la cama y ve a secarte las lagrimas. Y por ultimo pon esa canción que te hace saltar, a todo volumen empieza a bailar y reir.

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