miércoles, 10 de octubre de 2012


Te sientas enfrente de una libreta, o en este caso, de un ordenador, y todo porque deseas expresar tus sentimientos, porque tienes unas impresionantes ganas de llorar y necesitas sacarlo para fuera, pero no en forma de lágrimas. Entonces te das cuenta de que tienes millones de sentimientos, pero que los tienes tan desordenados que no eres capaz de ordenarlos para darle forma de texto, te vienen diferentes ideas a la cabeza, como lo mucho que le quieres, lo poco que te quiere, esa amistad que pende de un hilo, todos los cambios que estás sufriendo, la soledad que cada día que pasa se hace más grande y un millón de cosas más.
Hoy he decidido escribir como me siento cuando me paro a escribir un texto, porque ha sido lo único que ha sido capaz de ordenarse en mi cabeza, y porque necesitaba escribir, porque es la única manera de aliviar mis sentimientos.

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